RICARDO MAGDALENA: ARQUITECTO, URBANISTA, RESTAURADOR, DECORADOR…

“Menudo de cuerpo, de rostro afilado con su barbita que acariciaba constantemente, daba la impresión de un señor amable y bondadoso incapaz de la menor violencia. Todo en él, era de una corrección exquisita, desde su palabra siempre dulce, hasta su indumentaria impecable. Nada parecía perturbar su serena tranquilidad ni siquiera el agobio del trabajo muchas veces abrumador y apremiante” [1]

  

                                                         Fig. 1, Retrato fotográfico de Ricardo Magdalena, 1908

Gran parte de la esencia del edificio en cuestión, ensalza el sello arquitectónico de Ricardo Magdalena, el personaje del que tratamos en esta entrada. Sin las aportaciones innovadoras de la arquitectura del hierro de las que dotó a este edificio, no podríamos concebir este monumento como es, incluyendo el espíritu joven de un arquitecto que se estaba abriendo paso al mundo arquitectónico y urbanístico de la ciudad.

El zaragozano Magdalena, (3 de febrero 1849-28 de marzo 1910), quedó tempranamente huérfano, pero eso no le impidió seguir con sus estudios, premiado en dos ocasiones con la obtención de becas ofrecidas por el Ayuntamiento de la capital aragonesa, entre ellas para los estudios universitarios en La Escuela Especial de Arquitectura de Madrid [2]. Este particular enlace con el poder municipal será una relación casi inseparable durante toda la vida profesional del arquitecto.

Su primer trabajo de gran envergadura surgió en 1874 a través de un concurso para llevar a cabo las reformas constructivas y muy especialmente en la construcción de la iglesia parroquial de San Lorenzo del barrio de Garrapinillos [3] edificio que nos puede recordar en estilo al Convento de las hermanas de los ancianos desamparados (1879-1882) (Actualmente Hogar San José Hermanitas de la Caridad) de Zaragoza, que posteriormente Ricardo Magdalena realizó.

                               Fig. 2. Ricardo Magdalena, Parroquia de San Lorenzo, Garrapinillos, 1874 Zaragoza

Este proyecto, la iglesia de Garrapinillos, le llevará a trabajar en las obras públicas de Zaragoza como ayudante de Segundo Díaz, pero la jubilación de este, le convertirán al momento en arquitecto municipal interino con apenas veintisiete años [4].

Entre otros oficios, Magdalena fue a lo largo de su vida mucho más que el arquitecto municipal. Trabajó como arquitecto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, fue igualmente director y docente de la Escuela Superior de Artes Industriales e Industrias artísticas y de la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, pero también se movió como enseñante en Cádiz o Tarragona [5]. En este punto, es interesante señalar que, para Magdalena, las artesanías tenían un gran papel en la arquitectura, siendo este interés coetáneo al movimiento Arts & Crafts que se desarrollaba en el resto de Europa, siendo el foco de gran impulso Gran Bretaña por artistas como William Morris. Como curiosidad, conociendo su interés artesanal y devoción religiosa, él diseñó algunas de las carrozas de cristal (Misterios gozosos, dolorosos y gloriosos) (1889-1890) para la procesión del Rosario de Cristal que se celebra en Zaragoza durante las fiestas del Pilar con la colaboración de los Talleres de Don León Quintana y Bianchi [6].

Magdalena estaba al tanto de las novedades artísticas de su época, siendo lector de revistas extranjeras sobre arquitectura y sintiendo gran interés por la arquitectura francesa [7]. No cuesta imaginar, que uno de los referentes sería el arquitecto Viollet-le-duc. Por otra parte, Ricardo Magdalena estuvo relacionado con arquitectos locales y nacionales como Lluis Doménech i Montaner, pero también con artesanos, escultores, escenógrafos o pintores con los que colaboraba y trataba cuestiones del oficio [8].

Así pues, con este bagaje artístico y profesional se fue dibujando el estilo arquitectónico y decorativo de Magdalena, tomando una confluencia entre lo regional, el historicismo y lo ecléctico, influenciado por el modernismo, que proyectó en tantos monumentos y locales de Zaragoza.

Al margen de la obra que tratamos, Magdalena destaca por otros edificios de gran importancia como la Facultad de Medicina y Ciencias (Paraninfo) (1893), El Museo Provincial de Bellas Artes (1908, Reformado en 1960), El colegio del buen pastor, (1907) o Los edificios para la exposición Hispano-francesa (1908), sin olvidar sus intervenciones en el exconvento de la Victoria para adaptar el parque de bomberos (actualmente el Museo del Fuego) y las reformas del Teatro Principal o del cementerio municipal (ambas entre 1885-1887, paralelas a la inauguración del antiguo Matadero)[9].

Como hemos dicho, el factor decorativo y artesano era fundamental para el arquitecto y de ello tenemos muestra en las decoraciones de estilo neoegipcio que realizó en la confitería La flor de Almíbar (1888-1990), que es parte del prestigio turístico de la ciudad. También se encargó de otros locales privados, algunos desaparecidos, dentro del ámbito del espectáculo o el comercio, que causan nostalgia por su pérdida como la joyería Mainar o el teatro Circo, Almacenes Ferrer Bergua, entre muchos otros [10].

No podríamos olvidar su trabajo urbanístico, siendo famoso por los ensanches del Paseo de Independencia (antiguamente parte de la antigua huerta de Santa Engracia) o las reformas del paseo Sagasta, incluyendo entre sus actos por orden del ayuntamiento, el polémico derrumbamiento de la Torre Nueva [11].

Durante esos años, recibió numerosas distinciones entre las que destaca haber sido miembro de numerosas academias de carácter nacional como la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis o San Fernando (Madrid) [12].

Concluyendo, vemos que Ricardo Magdalena se preocupó por modernizar una ciudad atrasada, siguiendo las modas de su tiempo. Trabajador incansable y de gran versatilidad que se ocupó de grandes y pequeños proyectos de todas las disciplinas artísticas que estaban a su alcance, de los cuales, algunas creaciones han desaparecido y pocas se han conservado, lo que nos hace preguntar si entendemos el valor histórico-artístico de los locales genuinos de la ciudad antes de dar paso a su desaparición.

Hoy en día su legado sigue presente, siendo reconocido su nombre en los premios de la Diputación Provincial a mejor Construcción anual y cátedra de la arquitectura y urbanismo de la Institución Fernando el católico [13] así como en la biblioteca municipal que se encuentra en el edificio de este estudio, el Antiguo matadero de Zaragoza, actual Centro cívico Salvador Allende. En él, se encuentra el busto que lo recuerda en el centenario de su fallecimiento, realizado por la Asociación Cultural Pablo Gargallo. Además, el arquitecto cuenta con una calle, que conecta con la Plaza de los Sitios, donde no sólo se encuentra uno de sus edificios insignes (Museo Provincial de Zaragoza), también, si sois observadores, en el edificio del Grupo Escolar Gascón y Marín entre la serie de medallones que representan a las figuras aragonesas más granadas, aparece el perfil de este arquitecto, urbanista, diseñador…

            

        Fig. 3.  Busto Centenario fallecimiento Ricardo Magdalena, 2010                                                

        

 Fig. 4. Medallón de Ricardo Magdalena, imagen detalle de edificio del Grupo Escolar Gascón y Marín, Zaragoza

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

[1] LA ROSA VALENZUELA, José, Algunos hombres que yo he conocido, La Cadiera, Zaragoza, 1957, p.52

[2] CASTÁN PALOMAR FERNANDO, Aragoneses Contemporáneos (Época 1900-1934), III, Zaragoza, 1987, p.322

[3] HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Ascensión, Magdalena, Navarro, Mercadal, Cai 100, Zaragoza, p. 18.

[4] MARTÍNEZ VERON, Jesús. Arquitectura aragonesa 1885-1920, ante el umbral de la modernidad, Zaragoza, 1993, pp. 228-229

[5] CASTÁN PALOMAR, Fernando, Opus Cit, p.323

[6] ISASI-ISANSMENDI, Blanca, “La vidriera artística Zaragozana: Talleres Quintana y los rosarios de Cristal”, Artigrama, nº 27, Zaragoza, 2012, p.501

[7] HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Ascensión, “¿Conservamos o destruimos el patrimonio industrial? El caso del Matadero Municipal de Zaragoza” en Artigrama, nº 14, Zaragoza, p. 170

[8] HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Ascensión, Ricardo Magdalena, arquitecto municipal de Zaragoza (1876-1910), Instituto Fernando el católico, Zaragoza, 2012, p.21

[9] MARTÍNEZ VERON, Jesús, Opus Cit, p. 232

[10] MARTÍNEZ VERON, Jesús, Arquitectura de la exposición hispano francesa de 1908, Zaragoza, 1984, p.23

[11] RÁBANOS FACI, Carmen, “Ricardo Magdalena” en Gran Enciclopedia Aragonesa, 1981, Zaragoza, 1981, p.2138

[12] MARTÍNEZ VERON, Jesús, Opus Cit, p.229

[13] MARTÍNEZ VERON, Jesús, Opus Cit, pp. 227-228

IMÁGENES

Fig.1. HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Ascensión, Magdalena, Navarro, Mercadal, Cai 100, Zaragoza

Fig.2. http://campaners.com/php/campanar.php?numer=6512

Fig.3. Realizada por Teresa GP, 2021

Fig.4. Realizada por Teresa GP, 2021


Comentarios

  1. Muy importante para conocer la figura del arquitecto y su gran implicación en la ciudad!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

LA VIDA SECRETA DEL EDIFICIO: LA EXPOSICIÓN ARAGONESA 1885

ANTIGUO MATADERO DE ZARAGOZA. UN BIEN EN ALZA

CENTRO MUNICIPAL DE TIEMPO LIBRE CANTALOBOS ¿JUGAMOS?